¡El Sol es de todos!
- Be Earthy
- 1 ago 2018
- 2 Min. de lectura
Pronto se cumplirán tres años desde que se aprobó el Real Decreto 900/2015, que impone una serie de peajes que gravan el autoconsumo de la energía producida con paneles fotovoltaicos.
Es lo que popularmente conocemos como el impuesto al Sol. ¿Esto os suena, verdad? Pues hoy profundizaremos un poco en el tema, viendo causas y consecuencias que esta barbaridad de ley tuvo sobre la población del país que recibe más radiación solar de toda Europa.
Este Real Decreto considera que los usuarios con placas solares que estén conectados a la red tendrán que pagar un peaje ya que están usando el sistema como respaldo a su propia instalación fotovoltaica. Las islas y las ciudades de Ceuta y Melilla estarán exentas de pagar este peaje. Sin embargo, el inconveniente mayor aparece cuando el usuario vuelca su energía sobrante a la red y no obtiene ningún tipo de retribución. Esta energía regalada luego la venden las compañías eléctricas y generan millones [Huffington Post].
¿Y por qué un gobierno querría imponer los intereses de las grandes compañías eléctricas sobre los de las personas? Dejando de lado el tema de las puertas giratorias, las eléctricas hicieron sobreinversiones en sus plantas de producción. Estas plantas deberían de trabajar entre 5000 y 6000 horas al año, pero, debido a la crisis, solo trabajan entre 800 y 1000 h/año. De hecho, si se permitiese un autoconsumo razonable, estas centrales apenas trabajarían 100 h/año y les costaría horrores recuperarse de las grandes inversiones que hicieron.
La razón que alega el exministro José Manuel Soria es que aquellos que consumen su propia energía y no contribuyen a mantener la red están obligando a los otros usuarios a pagar una parte mayor para mantener el sistema eléctrico. Además, señala que el elevado coste de los paneles solo pueden permitírselo los ricos y, por lo tanto, acentúa la desigualdad entre clases sociales.
Sin embargo, esto es solo una interpretación que se presta a los intereses gubernamentales del momento. Algunos de los beneficios del autoconsumo son la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la reducción de importación de combustibles fósiles, la mejora de la balanza de pagos y de empleo. Además, con una regulación del autoconsumo con ayudas para adquirir e instalar equipos, la electricidad se abarataría y esto sería una herramienta contra la pobreza energética y la desigualdad.
No se pueden poner diques al mar, puertas al campo, ni impuestos al Sol.
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